Aunque tuvo una fuerte influencia de Rubén Darío, no se centró en los mismos temas de mitología y paisajes exóticos de la poesía hispanoamericana. En lugar de eso, su exotismo se basó en lo español, como el folclore andaluz, la belleza mágica de la Galicia preindustrial de principios del siglo XX o los paisajes de los pueblos abandonados de Castilla, donde parecía que el tiempo se había detenido y donde no se había asentado la industria ni el progreso.

La poesía modernista en España se inspiró en el Simbolismo, un estilo más íntimo, melancólico y lleno de tristeza, que hablaba de sentimientos y preocupaciones universales como la soledad o el sentido de la vida.