Es la generación de poetas más importante de la historia de la poesía española del siglo XX.
Es la generación de poetas más importante de la historia de la poesía española del siglo XX.
Grupo de escritores que mezclaron las principales novedades de las vanguardias y la variada tradición poética de la literatura española. Su originalidad reside en el acierto de fusionar lo nuevo con lo antiguo.
Compartieron unos rasgos comunes y empezaron a escribir en los años 20, coincidiendo con los vanguardistas.
¿Por qué recibe este nombre?
La denominación surgió de un acto cultural en el Ateneo de Sevilla que se organizó en diciembre de 1927 para homenajear a Góngora en el tercer centenario de su muerte (reivindicaron la obra de Góngora porque lo vieron un precursor de las vanguardias, un ejemplo del arte por el arte).
Etapas
Etapa de juventud (hasta 1927): predominio de la poesía pura (escasa retórica, sin elementos decorativos, sin marcas de sentimientalismo, que sigue la estela de Juan Ramón Jiménez).
Intento de recuperar los modelos de poesía clásica, como la de Luis de Góngora (el origen del grupo es su homenaje).
Poesía rehumanizada y compromiso político (hasta la Guerra Civil): intento de humanizar la poesía a partir de la búsqueda de su propia identidad.
Gracias a la estética surrealista, los escritores de la Generación del 27 descubrieron cómo reflejar los problemas existenciales.
Además, utilizaron la poesía con un arma de protesta política y social para mostrar su descontento con la sociedad en la que vivían.
Exilio interior y exterior (después de la Guerra Civil): disgregación del grupo.
Debido a la guerra, la mayoría de autores tuvieron que exiliarse y evolucionaron de forma diferente.
La poesía se caracteriza por la nostalgia de España, la patria perdida, así como el dolor y el abandono, junto con la soledad y la sensación de haber perdido un hogar.
Federico García Lorca
En 1914 se matriculó en la Universidad de Granada para estudiar las carreras de Filosofía y Letras y de Derecho.
En la Universidad viajó por Baeza, Úbeda, Córdaba, Ronda, León, Burgos y Galicia. Estos viajes despertaron su vocación como escritor y escribió su primer libro en prosa Impresiones y paisajes (1918).
En la primavera de 1919, Lorca siguió sus estudios en la Residencia de Estudiantes de Madrid. Allí se relacionó con Luis Buñuel, Rafael Alberti y Salvador Dalí, entre otros personajes importantes.
Entre 1919 y 1921, publicó poemas, desarrolló piezas teatrales y conoció a Juan Ramón Jiménez, quien influyó en su visión de la poesía y con el que llegó a tener gran amistad.
Relación con Salvador Dalí
En 1925 viajó a Cadaqués para pasar la Semana Santa en casa de su amigo Salvador Dalí.
También lo visitó en 1927.
Ambas visitas marcaron profundamente la vida y obra de los dos. Su amistad se plasmó en la Oda a Salvador Dalí (1926). Dalí animó a Lorca a iniciarse en la pintura (presentó su primera exposición en 1927) y Lorca animó a Dalí a escribir.
Madurez poética
Entre 1924 a 1927: madurez como poeta, pero vive una época de crisis existencial a pesar de que sus obras Canciones (1927) y Primer romancero gitano (1928), tienen gran éxito crítico y popular.
Con el éxito del Romancero gitano, se empezó a ver a Lorca como costumbrista, defensor de los gitanos y ligado al folclore español. Él se quejaba porque no quería que lo encasillaran.
Viaje a Nueva York
En 1929 fue a Nueva York en el Olympic (buque hermano del Titanic) como una oportunidad para aprender inglés, cambiar de vida y renovar su obra.
Describió su experiencia en la ciudad como una de las más útiles de su vida y escribió todas sus impresiones con tintes surrealistas en Poeta en Nueva York, que se publicó cuatro años después de su muerte.
En 1930 dejó Nueva York y viajó a La Habana pero, unos meses después, volvió a Madrid.
La Barraca
Con la instauración de la Segunda República española en abril de 1931, comenzó una nueva etapa para Lorca.
Junto a Eduardo Ugarte, codirigió La Barraca, un grupo de teatro universitario que representó obras teatrales del Siglo de Oro (Calderón de la Barca, Lope de Vega, Miguel de Cervantes) por ciudades y pueblos de España.
Argentina
En 1933 invitaron a Lorca a Buenos Aires porque su obra Bodas de sangre había tenido mucho éxito en la ciudad. En Argentina triunfó profesionalmente y consiguió su independencia económica. Durante los seis meses que permaneció en Buenos Aires, dirigió Bodas de sangre, que fue representada más de 150 veces.
Últimos años
En 1934 volvió a España y terminó dos de sus grandes obras (entre otras): Yerma y La casa de Bernarda Alba.
Fusilamiento
Sin embargo, la situación política se empieza a volver insostenible. Estaba a punto de estallar la Guerra Civil.
Lorca, debido a su amistad con personajes progresistas fue señalado por una parte de la prensa más conservadora y desde 1935 fue considerado un enemigo de la derecha.
Cuando estalló la Guerra Civil, se refugió en casa de su amigo el poeta Luis Rosales, porque dos de sus hermanos eran destacados falangistas y Lorca se sentía más seguro.
El 16 de agosto de 1936, la Guardia Civil se presentó en casa para detenerlo, por ser «espía de los rusos, estar en contacto con estos por radio, haber sido secretario de Fernando de los Ríos y ser homosexual».
Pasó su última noche en una cárcel improvisada en Víznar, junto a otros detenidos.
La fecha exacta de su muerte no se sabe, pero la más aceptada es que fue fusilado a las 4:45 h de la madrugada del 18 de agosto, en el camino que va de Víznar a Alfacar.
Su cuerpo, que jamás se recuperó, permanece enterrado en una fosa común anónima en algún lugar de esos municipios.
Temas
El amor: heterosexual y homosexual. Aparece unido al deseo y con frecuencia condenado al dolor y a la frustración (relacionada también con la esterilidad femenina y la homosexualidad).
La muerte: concepción pesimista de la vida (el ser humano está marcado por un destino trágico que anuncia la muerte). La fuerza que empuja la vida hacia la muerte es el poder de los instintos (simbolizados por el caballo o el viento). También está relacionada con el amor y la frustración.
La sociedad: en el Romancero gitano describe un ambiente andaluz y gitano, que simboliza la marginación. Esta sociedad le permite expresar sus sentimientos sobre la vida y el amor. En Poeta en Nueva York descubre la ciudad moderna y explora la economía, la deshumanización y la marginación.
Símbolos
La luna: es el símbolo más frecuente. Su significado más común es la muerte, pero también puede simbolizar el erotismo, la fecundidad, la esterilidad o la belleza.
El agua: cuando corre, es símbolo de vitalidad. Cuando está estancada, representa la muerte.
La sangre: representa la vida y, derramada, es la muerte. Simboliza también lo sexual.
El caballo (y su jinete): está muy presente en toda su obra, simboliza la muerte, pero también representa la vida y el erotismo masculino.
El color verde: representa la vida, pero también se asocia con elementos sexuales y contiene en muchos casos connotaciones dolorosas, de frustración erótica (un amor amargo y sin fruto). También puede simbolizar la muerte.
El viento: símbolo de erotismo, pero también violencia y muerte. Es un elemento activo y masculino.
La tierra: fuerza y fertilidad. Simboliza el elemento femenino. Junto con el cielo, simboliza una unión sexual. La tierra espera la energía que la fecunde: la lluvia, el agua y hasta la sangre derramada.
Los metales: representan la destrucción y la muerte.
Romance sonámbulo
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.
Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha,
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde…?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.
Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando
desde los puertos de Cabra.
Si yo pudiera, mocito,
este trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
Compadre, quiero morir
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿No veis la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo.
Ni mi casa es ya mi casa.
Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,
¡Dejadme subir!, dejadme
hasta las altas barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.
Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal,
herían la madrugada.
Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está tu niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!
Sobre el rostro del aljibe,
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche se puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.
Murió al amanecer
Noche de cuatro lunas
y un solo árbol,
con una sola sombra
y un solo pájaro.
Busco en mi carne las
huellas de tus labios.
El manantial besa al viento
sin tocarlo.
Llevo el No que me diste,
en la palma de la mano,
como un limón de cera
casi blanco.
Noche de cuatro lunas
y un solo árbol.
En la punta de una aguja
está mi amor ¡girando!