Existen diferentes maneras de clasificar los textos, dependiendo del punto de vista aplicado. Por ejemplo, un texto narrativo se diferencia de un texto argumentativo, pero no de uno coloquial, que es una variedad sociocultural. Así, la variación radica en la perspectiva de análisis, no en el tipo de texto.
Los textos se clasifican según diversos criterios:
Canal de transmisión: Se pueden diferenciar los textos orales, que son efímeros y espontáneos, de los textos escritos, que tienen un carácter más duradero y requieren una elaboración más cuidadosa.
Registro del discurso: El texto varía según la intención del emisor, la relación con el receptor y la manera de transmitir el mensaje. Por ello, encontramos textos formales, que utilizan un lenguaje elaborado y vocabulario preciso, cumpliendo con las normas del intercambio lingüístico, y textos informales, que emplean un lenguaje más relajado y coloquial.
Forma del discurso: Hace referencia a los modos de expresión que el hablante utiliza para estructurar el texto. Incluye textos narrativos, descriptivos, dialogados, expositivos, argumentativos e instructivos.
Ámbito de uso: Se relaciona con el contexto social y cultural en el que se produce la comunicación y el tema tratado. Así, se pueden encontrar textos científico-técnicos, humanísticos, periodísticos, jurídico-administrativos y literarios.